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Cuerpo del ensayo

Definiendo el acoso escolar

          El acoso escolar es una problemática muy grave, “ha existido desde que existe la escuela, pero se comenzó a investigar con rigor a partir de los años 70 del siglo pasado” (Cano y Vargas, 2018), está presente en todos los niveles educativos, y por mas que  se llevan a cabo campañas, cursos o pláticas en contra del acoso escolar y los países se esfuerzan para frenarlo, este sigue prevaleciendo y generando el gran daño en los estudiantes. En 2018 ,UNESCO Institute for Statistics (UIS) publicó datos que muestran que un tercio de los adolescentes en todo el mundo habían sufrido acoso escolar.  

         Empecemos definiendo lo más importante, el acoso es un comportamiento repetitivo y negativo que ocurre a lo largo de un periodo de tiempo, caracterizado por un desequilibrio de fuerza y poder entre la víctima y el agresor (Montejo, Zamorano y Ledesma, 2019). Y esto llevado al ámbito escolar muestra que el acoso escolar también conocido como bullying, es una conducta llevada a cabo por una persona o un grupo de forma repetida “con el fin de lastimar, amenazar, intimidar, chantajear, anular, asustar o meterse con otra persona para causarle cualquier tipo de daño”. (Montejo et.al. 2019). Los daños se pueden generar a través de 5 tipos de bullying los cuales son: físico, psicológico, verbal, sexual y el denominado cyberbullying que es a través de internet, los dispositivos móviles y las redes sociales.

Este acto se establece entre:

Agresor: Puede ser  uno o más agresores, son quienes cometen el daño.

Víctima: Quien es agredido y recibe el daño.

Testigos: Presencian o ven la violencia hacia la víctima, puede ser que no reporten y solo se quedan callados, esto es como ser cómplices del acoso, pues aunque no lo hacen directamente, su silencio lo aprueba o pueden reportar el acoso y así ayudar a identificar los casos y llevar a cabo acciones dirigidas a terminar con el acoso y ayudar a los alumnos involucrados. El bullying generalmente se da entre alumnos, pero también se puede presentar de maestros o personal escolar hacia los alumnos y viceversa.

         De acuerdo a un estudio realizado por United Nations Educational Scientific and Cultural Organization (2018, p.11), la razón principal a nivel global por la cual los estudiantes son acosados es por la apariencia física, 15.3% de los estudiantes han reportado que se burlan de cómo luce su cara o cuerpo, por ejemplo, alguna discapacidad o el peso. También predomina el bullying por la raza, nacionalidad, color de piel, la religión y el nivel socioeconómico (UNESCO, 2018, p.11). Estos solo son unos factores por los que regularmente se presenta el acoso; sabemos que nada de esto lo justifica, ni debería de ser algo por lo cual sentir que eres más propenso a sufrir bullying. Al contrario, solo es parte de cómo es una persona, su identidad y todos deben ser respetados por igual, sin importar cual sea tu opinión o que piensas sobre una persona, no da el derecho de sentirte superior y herirla. Los alumnos van a la escuela a aprender, a divertirse, hacer amigos, disfrutar y vivir nuevas experiencias, pero lamentablemente debido a este “problema de salud pública” (Páez, Torres, Ortiz, Campos, Duarte y del Pilar, 2020, párr.3), para las víctimas la etapa escolar se convierte en su peor momento, su mayor tormento y los aspectos positivos se vuelven en negativos, aunque las consecuencias son para ambos.

La participación de los alumnos en el acoso escolar, ya sea como acosador o como víctima, tiene un grave impacto en su bienestar. (Jansen, Verlinden , Berkel , Mieloo , van der Ende , Veenstra , et. al.2012). Las víctimas corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud, baja autoestima y problemas psiquiátricos, como trastornos de ansiedad, depresión y síntomas psicóticos. Los acosadores tienen  más problemas de comportamiento y peor ajuste emocional a lo largo de la vida. Además, tanto las víctimas como los acosadores tienden a obtener peores resultados escolares que los alumnos que no están involucrados en el acoso. (Montejo et.al. 2019.)

           La mayoría de los países buscan dar a su población una educación buena, integral, donde se desarrollen y formen buenos ciudadanos, pero “ningún país puede lograr una educación de calidad inclusiva y equitativa si los alumnos experimentan violencia en la escuela.” (UNESCO, 2018, p.16).

Acoso Físico

El acoso físico es uno de los más comunes pero más anticuados de todos. Este no solamente consiste en golpear o empujar a alguien, también varía desde agredir físicamente a la víctima hasta tomar las cosas de esta o dañar algo que es de su propiedad. Muchas de las víctimas lo son por varios factores; pueden ser físicamente muy débiles, sucumben a las demandas o peticiones de sus compañeros o son rechazados por las mayoría de sus compañeros, la clásica fachada de una víctima de bullying es alguien no agresivo, tímido, pasivo y niño sumiso (Olweus, 1998).

Coloroso (2008) constata que, a pesar de que este tipo se identifica con facilidad, está dentro de menos de un tercio de los incidentes de  acoso informados por niños. Aunque algunas veces, las víctimas también llegan a reaccionar de manera agresiva (como para regresársela al acosador, atacándolo como método de defensa).

Existen varios componentes que se encuentran relacionados en el estudio del bullying y muchos de ellos explican por qué las víctimas son propensas a este tipo de acoso físico y al acoso en general igualmente.

El primer componente es el nivel socioeconómico de la víctima o de la familia de la víctima, esto hace que el abusador piense que ya que él tiene un mejor nivel (porque es así la mayoría de las veces) que la víctima, tiene un poder más grande que ella y se vuelve egocéntrico y de tal manera piensa que nadie lo merece.

El segundo componente está más relacionado a las variables físicas de la víctima, incluidas la raza, el género y otras características físicas. Estas afectan todas las actividades que las personas hacen, ya que cuando hay razas poco comunes en la escuela tienden a hacer cosas o tener costumbres diferentes a la mayoría de las personas y esto provoca que los vean como personas que no están al nivel de los demás o que no deberían de estar en ese lugar por cómo se visten o cómo actúan (de manera diferente a los demás).  

El tercer componente se relaciona más que nada a las variables afectivas del estudiante, sus actitudes en la escuela, autoestima, creencias, etc. Sus creencias muchas veces se relacionan con su comportamiento, así como las actividades curriculares y extracurriculares que realizan, la forma en la que se desenvuelven y cómo se adaptan y se involucran en la escuela.

El cuarto componente se relaciona específicamente a las actividades extracurriculares y curriculares del estudiante. Las variables extracurriculares incluyen trabajos, actividades como ver TV, el voluntarismo, tareas, etc. Y las variables curriculares incluyen los logros académicos, la presión académica que tiene el estudiante, etc.

El quinto y último componente considera la violencia escolar, las variables de la violencia escolar incluyen la manera en la que se involucra el estudiante en el bullying, en el acoso sexual, los problemas que tengan con la autoridad y un comportamiento riesgoso o problemático para otras personas. El comportamiento riesgoso se refiere a acciones como el consumo de drogas o problemas de alcoholismo. Todas estas variables están relacionadas recíprocamente entre ellas y hablan mucho sobre el tipo de estudiante que es, si sería más propenso a ser una víctima o si sería más propenso a ser un abusador.

Con estos 5 componentes, investigadores tienen una especie de guía para identificar casos de acoso físico en las escuelas, también se llevan a cabo técnicas de revisión en las escuelas de los cuerpos de los estudiantes para identificar algún tipo de herida causada por otra persona y de esta manera continuar estudiando estos 5 componentes.

Los efectos por el acoso físico en las víctimas son obviamente heridas en su cuerpo, en casos muy extremos pueden llegar a matar a la víctima, pero el riesgo de daño psicológico en estos casos de acoso físico también son muy importantes, los niños acosados de esta forma tienden a tener miedo, ansiedad y a tener muy poca autoestima y amor propio, al igual que menos amigos, que los niños no acosados, y los niños acosadores tienen muy poca empatía con todos, tratan de abusar de su poder.

Acoso Verbal

“Se entiende por acoso verbal toda acción no corporal en la que se emplea el lenguaje, que de manera intencional o no, transgrede la dignidad del receptor.” (H. Congreso del Estado de Baja California Secretaría de Servicios Parlamentarios Coordinación de Editorial y Registro Parlamentario, 2014).

De acuerdo a Cano y Vargas (2018), este acoso se deriva del uso de la palabra para ofender, humillar, estigmatizar, discriminar o burlarse de la víctima. Por ejemplo, sobrenombres, groserías, imitación despectiva de la forma de hablar o expresiones y la repetición constante de errores del pasado. (García, 2010; Chaux, 2012; Cepeda, 2008). Estas palabras son muy comunes de escuchar todos los días en las aulas, palabras anti sonantes, ofensivas y burlas, incluso entre amigos, y suele tomarse como una broma, “no pasa nada”, “así nos llevamos”, pero no sabemos cómo afectan internamente estas palabras a quien las está recibiendo.  En un estudio realizado a 406 estudiantes preguntando qué dicen ellos sobre el acoso escolar, el 8.37 % respondió: “si es broma, no hace daño”, se agruparon las respuestas parecidas en el Principio de negación de la gravedad (Postigo, Schoeps, Ordóñez y Montoya, 2019) y aunque representa una pequeña cantidad, debe haber similitud en el pensar en todo el mundo y es preocupante porque si se piensa que las ofensas son una broma, no se denunciará, y por lo tanto seguirá pasando, convirtiéndose en algo habitual de lo que no hay que preocuparse. “Así, los adolescentes perciben la intención de la conducta agresiva como el criterio para estimar su gravedad, y ambos, para definir una agresión o serie de agresiones como acoso.” (Postigo et.al. 2019).

Este tipo de violencia la mayoría de las veces viene desde casa, pues los padres agreden verbalmente a los hijos, y los hijos lo aprenden y lo replican en la escuela, ya sea que el agresor lo aplique en la víctima o que la víctima no haga nada al respecto porque ya está acostumbrada. “Melero (2006) reportó que muchos adolescentes que ejercen maltrato provienen de familias donde los padres tienen pocos lazos afectivos y de respeto, se ofenden, se humillan e incluso se golpean con frecuencia” (García y Ascencio,2015).  Por el contrario hay familias que tratan de no insultar, ofender o gritarle a sus hijos, pero en las escuelas pueden aprender y copiar el lenguaje y comportamiento de los compañeros y lo van adoptando, pues este es uno de los escenarios sociales más influyentes desde la niñez hasta la juventud.

La comunicación a través del lenguaje y del habla es primordial para los seres humanos y las relaciones que establecen; hay que saber aprovechar este recurso de la mejor manera y usarlo para beneficiar a otros, para brindar palabras de esperanza, ánimo y motivación, que ayuden a crecer en aspectos de la vida.  No todos nacen con la oportunidad de hablar, es por eso que hay valorar más lo que tenemos y no desperdiciar nuestras palabras lastimando, ofendiendo y humillando a otros.

Acoso Sexual

 

El acoso sexual puede comenzar con simples silbidos o comentarios incómodos sobre el físico de uno, y puede llegar hasta tocamientos inapropiados y no solicitados. “Así, el acoso y el hostigamiento sexual son manifestaciones de la existencia de relaciones de poder en las que las personas que se encuentran en una posición de menor poder son más vulnerables e inseguras y se consideran como competidoras del poder” (Echeverría, Paredes, Kantun, Batun, Carrillo, 2017). Ya que el acoso surge de una relación de poder, este tipo de acoso es más comúnmente sufrido por mujeres en instituciones educativas (bachillerato y profesional) ya sea a causa de compañeros o aún del profesorado de la misma institución.

 

Aunque el acoso sexual es más común en instituciones de educación superior, surge también en adolescentes menores mientras ellos pueden estar encontrando su identidad de género. En estas ocasiones, es más frecuente ver a hombres como víctimas siendo llamados palabras ofensivas a causa de su vestimenta, forma de ser, u orientación sexual.  “El acoso sexual a temprana edad no se trata de sexo en si sino de identidad de género“(Hill y Kearl, 2011). Preguntas sobre la orientación sexual de alguien con el motivo de ofender también entra en este tipo de acoso o bullying. Se conoce que este tipo de ofensas son ignoradas en las instituciones por la idea de que sucede entre amigos. Deberían ser tomados en cuenta y reconocidos como ofensas.

 

“Así pues, el acoso sexual y el hostigamiento sexual, no consisten únicamente en tocamientos, sino que lo que afecta gravemente a quien lo sufre son las preguntas incómodas, bromas, comentarios sobre el cuerpo, la vestimenta, contacto físico, gestos, sonidos, etcétera. Todas estas acciones que realiza el violentador sobre la víctima son las que generan en ella el sentimiento de minusvalía, de impotencia, de vergüenza” (Quintero, 2020).

 

Este tipo de acoso causa en la víctima un miedo, un poco de incomodidad, o hasta un trauma que afecta su vida. Dada la situación en escuelas, es significante el impacto que tienen los sucesos. Se conoce que esta situación afecta a los estudiantes psicológicamente también, afectándolos en su desempeño académico. En este aspecto, nuevamente son las mujeres las que más afectadas son por comentarios y este acoso sexual. “El 17% de los hombres quienes han sido acosados sexualmente seleccionaron “ninguno” al indicar que tipo de acoso sexual tuvo el mayor impacto en ellos.” (Hill, Kearl, 2011). Estadísticamente, son mujeres las que son acosadas sexualmente con mayor frecuencia causando un mayor impacto en ellas.

 

Las calificaciones cayendo de estudiantes pueden ser un factor de este tipo de acoso. Puede afectar tanto a la víctima que esta deje los estudios para evitar ser acosada constantemente. De esta manera están siendo afectadas las vidas de muchos jóvenes quienes solo buscan disfrutar su experiencia educativa.

 

“Un niño trato de desabrochar mi pantalón” dijo una niña de secundaria según los estudios mostrados por Hill y Kearl. Así de igual manera dieron sus testimonios otros estudiantes de secundaria diciendo cosas como “me arrinconaron para tocarme” o “me llaman gay solo por vestirme para un concurso de la escuela.” Estas son solo algunas de las respuestas que han dado alumnos sobre su experiencia. Los casos aumentan mientras subimos de nivel educativo y surgen casos que involucran aún al docente.

 

Por lo general, solo se dan a saber aquellos sucesos que no pasan de una agresividad verbal, como un comentario de más o un texto inapropiado. Aquellas agresiones físicas, acercamientos innecesarios, o toques no deseados, son callados por las víctimas. El acoso prevalece y se sufre frecuentemente, más de una vez por varias víctimas.

 

Cada institución educativa tiene reglas contra este tipo de acciones y existen leyes que las respaldan. Por esta razón debería ser seguro confesar los acontecimientos pero sucede lo contrario. Muchos de estos testimonios no son escuchados por miedo o vergüenza de parte de las víctimas a ser ridiculizadas o señaladas como culpables. Esto luego lleva a un continuo acoso verbal o físico. Este tipo de acoso no se detiene al salir de la institución si no que muchas veces es llevado hasta redes sociales.

Ciberacoso o ciberbullying

 

Los avances tecnológicos han estado muy presentes en nuestra sociedad durante las últimas décadas, y a raíz de esto, muchas maneras de comunicación surgieron igualmente, entre ellas una de las más utilizadas en la actualidad, las redes sociales. La interacción constante con los aparatos electrónicos ha tomado un rol esencial en el mundo, mayormente para las vidas de los adolescentes.

La disponibilidad que existe de la nueva información ante los niños y adolescentes muchas veces llega a tener consecuencias graves para ellos, entre estas se encuentra el ciberbullying o el ciberacoso escolar. Que muchas veces es caracterizado por el uso del internet y los teléfonos celulares para acosar e intimidar a una víctima que se le dificulta defenderse o que tiene muy baja autoestima para hacerlo.

El ciberbullying es el uso de información electrónica y medios de comunicación (ej: redes sociales, blogs, mensajes de texto, correo electrónico, por llamadas telefónicas, etc.) para llegar a acosar a una persona o grupo, a través de ataques personales u otros medios (Standler, 2002).

De acuerdo con varios estudios realizados se conoce actualmente que hay una conexión entre el ciberbullying y el acoso escolar (Buelga et al., 2017; Mitchell & Jones, 2015). Es decir que el 80% de las víctimas y los acosadores en la escuela, también son cibervíctimas y ciberbullies. Gracias a todas las características de la tecnología, el ciberbullying se ha vuelto mucho más sencillo de llevar a cabo, las herramientas para volvernos alguien anónimo son tantas y muy fáciles de utilizar, las ciberagresiones es uno de los factores que pueden aumentar la angustia que ya tiene la víctima. Con estas herramientas, la víctima puede llegar a ser acosada las 24 horas del día anónimamente, sin saber de quién o de dónde vienen estas agresiones o porque y esto conlleva a que la víctima comienza a sentirse desmotivada y piensa que ya no tiene control sobre su vida y sentimientos y esto llega a dañar la salud mental de la víctima.

A pesar de que el bullying y el ciberbullying pueden llegar a ser muy parecidos, ambos tienen sus puntos a destacar y lo que los diferencia uno del otro. En primer lugar, el acoso presencial es más fácil de distinguir en el ámbito académico, no es sencillo que alguien acose ferozmente a otra persona presencialmente y que nadie lo note. En cambio, en la modalidad cibernética, los medios virtuales hacen sencilla esta tarea para el ciberbully, debido a que no se exponen tanto como si fuera de manera tradicional y tienen más oportunidades para plasmar sus agresiones, que normalmente son aún más fuertes y más dañinas para la víctima, ya que detrás de una pantalla parece que lo que publicamos o decimos no será tan dañino hacia los demás, aparte de que no está tan presente  la presión social en el internet.

 

También podemos observar que dentro de la escuela, la relación que tienen los ciberacosadores no es propia de su comportamiento en el internet. Ocasionalmente los ciberacosadores pueden tener una relación buena con sus profesores y directivos y llegan a pasar más desapercibidos que quienes son agresores presenciales y esto da mucho de qué hablar. Los ciberacosadores incluso pueden llegar a tener muy buenas calificaciones ya que su conducta es buena y no es igual a la que mantienen en el ámbito de la tecnología. De esta manera a los adultos que deberían de ser responsables por el bienestar de los alumnos se les dificulta identificar a los ciberacosadores realmente, así como buscar las pruebas de culpabilidad directa hacia los agresores.

Los casos más intensos se han dado a conocer a comienzos de esta década en los Estados Unidos, pero en España también existe un gran número de casos. Hasta la cuarta parte de los acosados tienen ideas suicidas, la sensación de depresión y ansiedad por la idea de ir a la escuela.

El Instituto Nacional de Tecnologías de la Información junto con una compañía de teléfonos móviles realizó un estudio sobre la seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por los españoles menores de edad donde se muestran datos significativos, donde el 5.9% de los niños entrevistados confirma haber recibido mensajes o llamadas de otros niños con el fin de hacerlos sentir mal y un 5% confirma haber utilizado el teléfono para enviar mensajes o llamadas ofensivas contra alguien. En estos casos la incidencia directa declarada es más elevada entre los adolescentes de 15-16 años (9.6% y 7% respectivamente).

En estos casos de adolescentes, al igual que en los de niños, el agresor se cree en una posición de poder y lo ejerce con suficiencia sobre quien considera que es víctima. Justifica el ejercicio de poder abusivo y cree a la víctima inferior. La mayoría de las veces quien ejerce el maltrato ante la comunidad virtual posee un “poder” para hacerlo, la víctima tiene menor posibilidad de escape y el agresor tiene lo que se conoce como anonimato y algunas veces, mayor conocimiento tecnológico. A pesar de que el ciberbullying respalda a algunas víctimas por el hecho de la distancia que proporcionan las redes entre el agresor y la víctima, víctima que tal vez no respondería en una situación de bullying presencial, pero que en el plano virtual podría facilitarle el defenderse ante su agresor.

De acuerdo también a estudios previos se conoce que hay una relación fuerte entre la soledad que sienten los adolescentes y su victimización por el ciberbullying. La impopularidad y el rechazo por parte de los compañeros de la víctima en una etapa como la adolescencia, cuando comienza el desarrollo intrapersonal de la persona, produce fuertes sentimientos de soledad y aislamiento social en la víctima. Esto los lleva a experimentar un  vacío existencial acerca del significado de sus vidas, y de esta manera puede llegar al suicidio.

Y podemos destacar que la razón por la que el ciberbullying continua siendo tan popular es que en las víctimas existe un silencio causado por el miedo a las repercusiones que puedan haber al denunciar a su agresor, aparte de que muchas veces los agresores son personas que se hacen pasar por otras o que hacen usuarios anónimos en diferentes plataformas, y que lo hacen solamente con el fin de dañar a otros. Aunque en la mayoría de los casos se ayuda a la víctima en todo lo posible, ya sea por parte de la escuela o por parte de la familia, también existe la posibilidad que las autoridades no lo consideren algo grave, ya que el ciberbullying no es considerado tan grave como el bullying escolar o el acoso físico en las escuelas en algunos lugares del mundo.

     

  Para solucionar este tipo de problema se debe comenzar con la educación moral desde un nivel básico de educación. Ejercicios de juicios morales, dilemas morales, las emociones morales de los alumnos, su conducta moral, etc. Se deben conocer los pensamientos tanto de las posibles víctimas como de los posibles agresores.

Acoso docente-alumno

 

         Existen diversas formas de cometer el acto de violencia o acoso en las aulas o en otros espacios de interacciones cuando se trata de docente y alumnado. El Acoso educativo de otra manera entendido como la práctica de situación de maltrato psicológico ejercido por docentes hacia el alumnado ya sea por modo directo o por omisión ,en alguno de los casos los docentes son testigos del acoso o incluso ellos mismos son los que inician la práctica de ellos hacia sus alumnos. Sin embargo, lamentablemente muchos de estos actos naturalizan ese trato  diciendo que el alumno tuvo la culpa de esto, pero no tienen en cuento que muchas veces los mismos docentes son los que comienzan. Esta modalidad sobre el acoso es una expresión más, de maltrato psicológico, que es una forma más de violencia y expresión de cómo los hacen sentir.

Cuando un maltrato se vuelve como una costumbre se considera “mobbing” esto significa cuando el acoso en algún lugar público como lugar de trabajo, o acoso psicológico, en un lugar laboral como escuelas o trabajo.(A.Rodríguez-Carballeira, 2010).La mayoría de los casos de acoso de docentes hacia alumnos, las víctimas y las afectadas de este caso son las personas que son más solitarias, y que tiene más vulnerabilidad con los demás. En estos tiempos de cuarentena y la pandemia, muchos de los estudiantes has sentido la sensación de ansiedad, depresión, frustración y el estrés. De otra manera otras personas que también se sienten de esta manera son las personas que has pasado por un acoso o que han practicado el acto de ello, también pueden llegar a sentir la sensación de baja autoestima o se comienza  a cuestionar ¿Por qué me paso a mi?, y allí es cuando comienza lo psicológico. Nuevamente cuando una mujer dice que fue acosada por un docente, justifican al docente diciendo que la mimetizan con el comportamiento masculino, o que no cuestionen formas sutiles de maltrato, por ser actos  “naturales”.

En el caso de aulas escolares de nivel superior o como normalmente lo conocemos como “hechos públicos como insultos abiertos o velados; descalificaciones sistemáticas; tono de voz intimidante, uso de ironías, lenguaje corporal amenazante, son algunas manifestaciones de este maltrato”(M. Ester Mendez-Cadena, ,2010).Cuando una Universidad o Preparatoria apoya con la finanza del estudiante, más conocido como becas universitarias, al momento de que el estudiante o la estudiante reclama sobre este caso de acoso, se le dice al estudiante que puede llegar a perder ese apoyo, lo cual hace que el estudiante no denuncie al docente para no perder esa beca Universitaria, y hace que el estudiante sea más vulnerable frente al acoso o mobbing.

Los trastornos físicos y emocionales derivados del acoso entre alumnos y docentes, influye mucho en cómo un estudiante pueda llegar a desempeñarse en la escuela, ya que ocasiona mucha ansiedad, depresión y salud mental, esto se debe ya que no quieren que se dé a la luz la noticia que has sufrido acoso porque comenzarán las justificaciones hacia el docente, o por el otro lado los estudiantes se sentirán con más miedo de ir a las aulas educativas si saben que pueden llegar a tener este tipo de acosos por parte de sus mismos maestros. Sin embargo estos alumnos tiene que ir a un psicólogo ya que afecta de una manera increíble, los estudiantes pueden llegar a sentirse inútiles, de manera que tienen la sensación de no poder dar más de sí mismos, perdidas de interés y desvalorización.

 

Tanto hombres como mujeres resaltan haber enfrentado acoso sexual, mientras que acoso psicológico fue reportado por 57.1% de las mujeres, frente al 42.9% de los hombres, el cual se manifiesta en: hostilidad, chantajes, autoritarismo, ninguneo, exclusión y manipulación. De igual forma son las mujeres las que reportan mayor discriminación 85.7 % y solo 14.3% de los hombres. (Méndez, M.E., Martínez, B.,  Pérez, E., 2016).

Los datos que se señalan arriba son una forma de mostrar que el lenguaje inclusivo si importa en como tratamos a los demás dentro y fuera de las aulas escolares, también tenemos que tener en cuenta que una mujer en un ambiente donde el maestro es de género masculino se tendrá que sentir incómoda por lo que el maestro diga sobre comentarios machistas. Sin embargo si miramos el lado del hombre a ellos casi no lo toman en cuenta, simplemente se les hace una acto no con tanta importancia. El lenguaje inclusivo es lo que ahora en día tenemos que educar a nuestro futuro  hijos para que ellos ya los pongan en práctica y con nuestros amigos igual para que ya sea un lugar y u país con más armonía y que respetamos a los géneros, eso cambiaría mucho el ver los diferentes aspectos de un lugar académico.

 

Sin más que decir el acoso a estudiantes en un aula académica es algo que los marca toda la vida, ya que dentro de las instalaciones no pueden ser ellos mismos, ya que se sienten con el  temor de que sepan lo que les hicieron o con el miedo de que les vuelvan a hacer algo los mismos maestros. Tenemos que tomar en cuenta que no todas las universidad o preparatorias cuentan con una psicóloga que los pueda ayudar con este problema, mucho de los estudiantes tienen que ir con personas especializadas, o bien en casos extremos optan por suspender los estudios ya que se sienten con demasiada tensión e incluso depresión.

Medidas de prevención

Reconocer los datos, características y tipos de acoso escolar es de suma importancia, para identificar cuando podamos estar presenciando un caso de acoso o exhortar a alguien que esté lidiando con esto. Incluso para reflexionar y hacer una autoevaluación personal sobre nuestras conductas hacia nuestros compañeros y amigos en la escuela o fuera de ella a través de las redes sociales.

Si bien, no podemos exterminar el acoso, de la noche a la mañana, se necesitaría reeducar a millones de personas que no muy fácilmente cambiarían, pero no por eso debemos ignorarlo, es algo más que un fenómeno social a ser estudiado, atenta contra la integridad de los estudiantes desde nivel básico hasta nivel profesional, y como sociedad debemos hacer nuestro mayor esfuerzo para prevenirlo. Lo que sí se puede hacer es educar a las generaciones jóvenes y a las futuras, para que no cometan los mismos errores del pasado, en cuanto a la violencia.

Primeramente, la prevención empieza desde casa, lo que se puede hacer es generar un ambiente más armonioso, cálido, dejando de lado las conductas agresivas, o reacciones impulsivas y los padres deben establecer una mejor relación con  los hijos para que hablen sobre sus situaciones en la escuela y haya un ambiente de confianza, de igual manera que les hablen y les inculquen valores desde temprana edad y los disciplinen sabiamente cuando lleguen a tener una conducta inadecuada contra alguien, para que no se les haga fácil hacer el mal cuando sean grandes, si no que sean defensores y hacedores del bien. Es importante que en las escuelas se fomente la participación de los padres en las posibles soluciones de situaciones de acoso escolar  y en las pláticas informativas y  de concientización.(Lavilla,2011).

        

Existen programas de prevención que proponen buenas medidas:

         “Kiva” es un programa para prevenir el acoso en las escuelas realizado por la Universidad de Turku, Finlandia. Kiva significa bienestar, y por lo tanto su objetivo es lograr una escuela de bienestar. Sus acciones van destinadas a todos los miembros de los colegios, para enseñarles a relacionarse de manera pacífica y constructiva, asignarles tareas que requieran responsabilidad, etc. (Hamodi y Jiménez, 2018).

         Se plantean dos tipos de acciones: las acciones universales, que constan de clases en las que se trabaja mediante debates, trabajo en grupo y temas sobre bullying. También existen las acciones indicadas, que se llevan a cabo cuando se detecta un caso de acoso. Esta acción ya no es una medida preventiva, sino de intervención (Jankue, 2016, p. 43; Hamodi y Jiménez, 2018).

       

Otra medida preventiva es el modelo ABC (anti-bullying center), llevado a cabo por la investigadora O’Moore en el condado Donegal, Irlanda. Los principios fundamentales del programa son: Avoid aggression, Be tolerant y Care for others, (evita la agresión, sé tolerante y preocúpate por los demás).  Se pretende concientizar a todos los miembros de la comunidad escolar de las conductas escolares negativas y dar a todo el personal escolar estrategias para evitar que se produzca el acoso en las escuelas. ( Hamodi y Jiménez, 2018) . Estos dos son  medidas muy interesantes, que ya han sido aplicadas en varios países y se pueden utilizar estas en las escuelas, o aplicar alguna parecida, ya que hay muchas.

Villalva (2011) nos  dice que hay  3 niveles de prevención del acoso, al igual que en cualquier otro problema, depende de que tan avanzado este tomaras medidas diferentes.

·         Prevención  primaria: Acciones orientadas a mejorar la convivencia y el clima de la escuela.

·         Prevención  secundaria:   Se trata de detectar las situaciones del maltrato precozmente e intervenir antes de que se lleven a cabo. Se trata de plantear abiertamente el tema del acoso escolar.

·         Prevención  terciaria: Es la intervención directa para detener casos de acoso, lo que significa que ya se produjo, y se busca minimizar el impacto en los involucrados en el acoso escolar.

Para aquellos que sufren de bullying, es importante que recuerden que ustedes no son el problema, ninguna característica suya debería de ser causa de acoso,  así que lo que pueden hacer es hablar desde el primer signo de incomodidad o violencia hacia su persona, con sus padres y maestros, a alguien de confianza o la autoridad encargada. Ellos son los que los pueden ayudar a denunciar y luego podrán  actuar para que ya no se cometa el acoso escolar.  Nunca se queden callados, por mas difícil o temible que sea. No están solos.

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Acoso escolar: tipología,consecuencias y medidas de prevención- Alejandra Caceres-Clarissa Salas-Isara Galvez-Paola Aguilera

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